El oscuro objeto del deseo

En este estadio el narrador esta condicionado por la pandilla en la cual él mismo se refugia a la edad de ocho años; lo que lo hace tomar distancia del vínculo familiar. Sometidos él y sus amigos al influjo de un jefe con un poder avasallante, sólo explicable como hechizo producido por un encantamiento opresor; similar a la fuerza natural que no les permitía cuestionar lo absurdo de esa relación. Pese a que hacía parte de una familia de estrictos controles, también sus amigos, acudían a la primera señal que aquel raro personaje les hacía, ahí sí, cumpliendo sus órdenes con una ciega disciplina con la cual se quebrantaban las leyes, abocados por la desobediencia.

El no oponer resistencia a las demandas del jefe y el dejarse llevar por una mezcla de sentimientos encontrados suscitaba una pregunta: “Existe y hasta qué punto es determinante un componente sexual en la voluntad y la determinación”. Asunto inquietante ya que no era meramente el juego el que servía de acicate para unir a la pandilla. Otro juego, un tanto extraño y aterrador e infinitamente placentero, algo más secreto, una cuestión profundamente personal, definía el rumbo de sus vidas.

A la falta inesperada del intruso o del líder del circo, le sucede la amistad con Elemér; por quien el narrador sentía un amor platónico y gran admiración por su belleza, también, porque despertaba en él lo primario, el goce del deseo, del amor ideal; sentimientos que no provocaban ningún efecto en el ídolo que junto con su amigo; Tihamér hicieron parte de los mitos de su infancia que como fantasmas surgieron a partir de sentimientos confusos como el amor.

“Pude ver la estructura de la vida”. Expresión que recoge de alguna manera experiencias que, en una mezcla de aspiraciones e instintos se conjugan y forman parte de la herencia familiar del narrador dando cuenta a la vez, de su clase social.

Podría decirse que no hay claridad de cuál es el objeto del deseo, sin embargo, puede rescatarse el goce del deseo, del amor como posibilidad de representar el ideal que se expresa a través de quienes ejercían un influjo sobre él. Bajo la conjugación de algunos contrarios que se suceden en las relaciones familiares; de amistad, con sus compañeros de colegio, maestros, y todos quienes hacían parte de su cotidianidad en la que se destacan aspectos como: la trasgresión, el sometimiento, la libertad, el domesticamiento.

Pone en un punto muy alto a quienes le causan fascinación y a quienes no; los caricaturiza como es el caso de la tía Heddy, quien da muestras de extrema torpeza en el aspecto pedagógico, en cambio, rescata con afinidad a los profesores que no se dejaban domesticar y pagaban un alto precio saliendo del sistema.

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