La historia familiar: esa historia mundial en miniatura

En primer lugar se trata de dilucidar cuales son las épocas en las que la humanidad al carecer de un mito común, la historia familiar se convierte en fuente de inspiración particular al convertirse en una historia mundial en miniatura.

Advertimos que la historia familiar atraviesa todos los capítulos y en esta última se centra en la familia paterna, en cierto modo, presentada por el narrador con figuras míticas para el:  la tía Zsüli, la familia del tío Franz, el tío famoso jurista  innombrado de Pest, y la corte de la tía Mari: “la familia verdadera”.

Nos llama la atención la forma que elige el narrador para describirnos su familia paterna, casi siempre con un tono elogioso, destacando sus cualidades artísticas e intelectuales y su curiosa relación con el dinero un poco contrastante con el ideal burgués promedio de la época y región.  Además se hace imposible olvidar como hace diferencia con los relatos de su familia del lado materno, en la que reconoce inferioridad y por lo tanto narra su dificultad inicial para aproximarse, y como el tío Erno  lo llega a avergonzar tanto como para reconocer que existen dos mundos diferentes.  Pero además en su mirada a la familia materna reconoce la fuerza de sus antepasados en su propia identidad, su carácter, su fenotipo.

Se hace evidente la lucha de clases nuevamente desde la perspectiva de esa historia familiar, como antes había mencionado con la aseveración de que todo matrimonio era un mesalliance.  Indudablemente la visión del universo burgués se da desde adentro como un “zoom out” que nos permite identificar los diversos matices que tuvo la burguesía de la época.

Hay una nostalgia importante en la manera de presentarnos a sus familiares.  La tía Zsüli es presentada como la verdadera dama, de quien admira su independencia, su amor por lo intelectual, sus relaciones sociales y mundanas, su bohemia, su visión de la moda y añora su identidad como la mujer del siglo XIX en detrimento de las mujeres jóvenes del siglo XX, que no le dan la talla, considerando a Zsüli como la moderna.  Es pura admiración: “¡Querida, queridísima tía Zsüli! Una verdadera grande dame que hacía milagros con el poco dinero que tenía y que bailaba y flotaba a través de los años”

El tío jurista de Viena, sorprende por su erudición, un genio real, y además sin ambiciones de riqueza, ni fama, humilde pero tan grande que es reconocido por todos sus pares y alumnos y es capaz de no asistir a su homenaje, porque “no podía permitirse acortar su existencia con cosas así”.

La Corte de Mária, el club de las solteronas es presentada magistralmente estableciendo sorprendentes contactos con el surrealismo o el realismo mágico (no discutido por tratarse de análisis intratextual), y representan un grupo que resulta siendo el depositario de la memoria familiar, son artífices de la sobrevivencia del mito familiar y por ende función vital, fuente de inspiración y de arte.  Tribu, república femenina, convento laico, “Es comprensible que Gizella sintiera ganas de salir de aquel convento laico donde las mujeres y muchachas enmohecían, y donde ningún hombre se atrevía a entrar.”

Finalmente, el debate sobre el tema inicial, sobre aquel mito común  que falta en la humanidad de la época y que hace que la historia mundial en miniatura quede representada en la familia, se ocurren posibilidades como la época de paz pre o entre guerras, la época burguesa cargada de contradicciones en lo religioso, en lo humano.  La patria con muchas etnias, costumbres y tradiciones diferentes fusionadas en la historia Magiar, en el final la mismísima Burguesía.

Nuevamente nos advierte el narrador al final como al tomar distancia de ese temor frente a los individuos en la fase vital peligrosa del Estado burgués,  y que posiblemente en su tono pesimista intuye la tragedia.

“Era una familia complicada, con mucha ira y mucha abnegación, con pobres de espíritu y testarudos, con burgueses que, en los tiempos de mi infancia, ya habían llegado a la fase vital peligrosa, por conflictiva, del Estado burgués.  A ellos se los debo todo, y me ha constado mucho olvidar y aniquilar en mi esa herencia.

Quizá  no lo haya logrado completamente.”

Temas:

  1. Los valores de la Burguesía
  2. La función del arte en la vida del narrador
  3. Menosprecio del dinero en la familia más burguesa
  4. La Historia familiar: esa historia mundial en miniatura

La decisión de Dezsö

“El camino que conduce desde el mundo exterior hasta nosotros mismos es largo y sinuoso y está lleno de pasos dados en direcciones contrapuestas cuyo significado e importancia sólo reconocemos con el tiempo»

Dezsö, el tío que decide dejar el estudio de las humanidades para convertirse en carnicero, fue el personaje que animó la sesión del seminario y alrededor del cual se tejió la discusión y la mirada sobre el resto de la familia materna.

La primera pregunta que emerge es si el ser carnicero (tarea insulsa y devaluada socialmente) puede corresponder verdaderamente a un llamado imperativo, a lo que el narrador pone en palabras del personaje, una “irresistible vocación”? es como si de repente Dezsö se viera abocado a una especie de rapto extático, una “inspiración” en el que el ser ya no es dueño de sí y no puede sino seguir su destino, como una fatalidad. La conclusión es que si existe una tal vocación de carnicero, entonces Dezsö la tiene.

Sin embargo, no es tan simple como esto, posiblemente el contexto familiar y social juega un rol importante en esta decisión, es decir, el ser carnicero, puede llegar a ser una forma de resguardarse del intimidante gesto de aceptación o exclusión de una clase social excluyente en el que el reconocimiento y el estatus están determinados en gran medida por los oficios y no necesariamente por las posesiones materiales. Parece irremediable, “la lucha de clases aflora siempre en una familia”. No obstante, a los ojos del narrador, la manera sencilla y feliz como decide vivir su vida, parece justificar plenamente tal decisión. Dezsö es por tanto, “uno de esos hombres que sabía vivir su vida y se atrevía a hacerlo”.

Pero Dezsö no será el único tío materno que decide seguir su pasión por encima de las convenciones que le impone ese “deber ser” burgués. “La pasión vs la burguesía”, otro de los temas sugeridos para la discusión en el seminario.

Jenö, hermano mayor de su madre, quién por no poder ser músico, decide suicidarse “por pura desesperación”. Esta, que parece una decisión bastante radical, se explica por la vocación artística de la familia y en especial por la música, pues ésta constituye, en palabras del narrador “el elevado elemento vital en el que ellos se refugiaban”.

Ernö, era el menor de los hermanos, que tras dieciséis años de ausencia, sin mediar palabra, se presenta un día cualquiera ante la familia convertido en una leyenda, es otro personaje que causa gran asombro y admiración al narrador. Su amor por la libertad, lo llevó a abandonar una carrera militar que le garantizaría un lugar en la familia y en la sociedad. Tenía otros talentos, era bebedor, jugador, tocaba bien el piano, “era un alma revolucionaria” le apasionaban las matemáticas y la física; cuando le toco enlistarse en el ejército, se fue para la guerra como si se tratara de una “excursión”, llenó sus bolsillos de dulces y cigarrillos y sin ningún dramatismo, se fue sin volver la mirada para despedirse. Un día, habiendo terminado la guerra por su propia cuenta, al darse cuenta “de que su colaboración no servía para nada” y ante la mirada perpleja de todos vuelve a la casa, para irse a Suiza a fundar una orquesta. Pero no todo en su vida era un discurrir armónico, Ernö también se debatía con su propio destino; el narrador, sin ser explícito, deja entrever que este personaje mítico encarna también la contradicción. El narrador tendrá la oportunidad tener una de las experiencias más impactantes de su vida, cuando lo visita a su hotel en Suiza y se percata de que “existían dos mundos distintos: el de primera y el de segunda clase”; el narrador dice “pude ver la estructura de la vida”.

Este retrato familiar conduce la reflexión del seminario al primer apartado del capítulo donde de manera enfática e incuestionable el narrador señala el papel que juegan las diferencias de clase en cualquier vínculo afectivo y que con el tiempo determinan el fracaso y desajuste de toda relación. Es la “lucha de clases” el escenario que marca el devenir de la familia; tal vez de manera inconsciente, por lo que no se nombra, nunca es algo explícito. «La vida pasa en una especie de penumbra, entre palabras que quedan sin pronunciarse, gestos abortados a medias, silencios y temores: así es la vida en realidad».

Otros temas del seminario fueron:

1. La familia materna como el encuentro con el proletariado.

2. Burguesía vergonzante o las vergüenzas del burgués.

3. La pasión vs. la burguesía (la elección de los tíos maternos)

4. Los oficios familiares.